Eduardo Arrona // Fotografía análoga y digital

Eduardo Arrona Córdova
Fotografía análoga y digital
Selección de portafolio
Guadalajara, Mx.

 

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A los 18 años su abuelo de parte de su madre le regaló  una cámara muy vieja, una Zenit para ser específicos; esto, su gusto por las calles de la ciudad y una historia muy particular que vivió en su pronta infancia son el punto de partida que definió el rumbo de su gran pasión y el motivo de esta nota. Estamos hablando de Eduardo Arrona Córdova, licenciado en sociología, hoy día trabaja en el Tecnológico de Monterrey en cuestiones de pedagogía y didáctica, de signo escorpión y oriundo de Guadalajara; actualmente la fotografía ha acaparado toda su atención dedicando su tiempo a capturar imágenes a través de su lente.

Recién recibió la Zenit,  su padre le enseñó algunas cuestiones básicas de fotografía análoga;  acto seguido, comenzó a disparar.  Le gustaba andar por la ciudad y fotografiar los rostros de aquellos personajes que habitan en sus calles, particularmente en la zona del centro, sin embargo el asunto de estar comprando películas y haciendo revelado resultó muy caro viéndose obligado a dejar de lado la foto. Hace dos años atrás retomó esta pasión que lo ha llevado a crear un gran archivo. Blancos y negros, digital y análogo, texturas en la piel, el cuerpo, los rostros y sus expresiones, son algunas de las características que posee su trabajo. Sin embargo tal vez el tema en el que más se ha enfocado es justamente con el cual empezó a fotografiar: las calles de la gran urbe y sus habitantes, aquellos personajes que andan como vagabundos sin un destino. “Nadie” es el nombre de la serie que justo aborda este tema, seleccionada como finalista a nivel nacional en el 2012 por la Fundación Mexicana de Cine y Artes A. Cen el  1er Concurso de Fotografía Contemporánea de México;  ha sido expuesta en la Galería de la Secretaría de Cultura en Saltillo Coahuila y en la Fundación Sebastian A.C. en la ciudad  de México.

En alguna parte de la obra de Samuel Beckett, se lee: “¿Adónde iría si pudiera irme, qué sería, si pudiera ser, qué diría, si tuviera voz, quién habla así, diciéndose yo?” En contrapunto a ese Yo-Alguien, Nadie aparece, y es Nadie quien siempre está en la posibilidad de ser.

Eduardo adjudica su interés hacia la gente que vive en las calles a una experiencia que tuvo en la niñez: Él asistía a una primaria que se encontraba en el centro de la ciudad, una mañana mientras esperaba junto a su padre a que el semáforo cambiara a rojo para cruzar la avenida, visualizó a lo lejos, caminando en dirección a él a un hombre barbado, con gabardina larga, que poseía un andar muy peculiar;  dicho personaje le generó miedo, nos comparte en una entrevista para Amapola Cultura. Sucedió que al momento de que el personaje llegó a la altura de ellos este lo pateó en el trasero, acto seguido  Eduardo salió corriendo viendo como su padre se quedaba para afrontar la situación. Eduardo volvió a ver a su padre hasta la tarde y antes de intercambiar palabra alguna sobre lo ocurrido esa mañana, este le entregó una piedra que poseía un hedor espantoso, la cual según le dijo, el hombre llevaba cargando por debajo de la gabardina. Nunca supo porqué su padre le dio esa piedra, tampoco supo porqué aquel hombre la cargaba consigo o la razón por la cual lo había pateado. Sin embargo esta situación le provocó una curiosidad que aún es parte de él hasta estos días. Ahora esta historia es el punto de partida de la serie de Nadie y de todos aquellos proyectos que están derivando en torno al tema.

“Creo que son personajes transitorios, no tienen un ancla en la tierra, son personajes con una renuncia incluso de hacer una historia de ellos, algunos se han dejado retratar,  otros no”.

Con un fuerte gusto hacia el cuerpo humano, se ha dado a la tarea de fotografiarlo haciendo hincapié en las texturas que se forman en torno a este. Actualmente está trabajando en una serie que se enfoca solo en las manos. En su trabajo cotidiano le gusta fotografiar expresiones de danza, principalmente experimental. Nos comparte que le cuesta trabajar con la fotografía a color, pues a su punto de vista el mundo contemporáneo ha trastornado el significado de los colores dándoles una simbología predeterminada para ciertos usos, es por esto que él escoge trabajar con el blanco y negro o de otra manera jugar con esta base de color mezclando con algún tono más.

Actualmente se encuentra haciendo una recopilación de su trabajo, así como planteando algunos nuevos proyectos para darlo a conocer,  tiene planes de montar un laboratorio fotográfico pues le gusta trabajar con la manipulación fotográfica, no solo en la parte digital, también  en la análoga.

“La improvisación por método. Mi manera de vivir es una manera de vivir muy improvisada, (…)  tan es así que yo no tengo bases de fotografía de academia, todo lo que he hecho en la fotografía es autodidacta.”

Si quieres conocer más de su trabajo te invitamos a dar clic aquí.

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