La belleza de la música instrumental reside en varios puntos, uno de ellos, y quizá el más atractivo, es esa posibilidad que te da como oyente de interpretar de manera personal cada una de las notas y evocar dentro de uno mismo imágenes, paisajes, recuerdos y otras vivencias de cualquier índole.

El resultado es entonces único. La música nos pertenece. Factores como el clima, el estado de ánimo y hasta la ubicación donde nos encontremos influyen en gran medida en que podamos escuchar repetidas veces el mismo tema creando siempre una experiencia diferente. Una nueva historia.

El fascinante talento del pianista y compositor alemán Nils Frahm es un ejemplo ideal de la profundidad y la capacidad para cautivar los oídos que puede lograr la música instrumental.

Nils Oliver Frahm fue desde muy joven un estudioso de los compositores clásicos, lo que lo llevó a convertirse en un talentoso intérprete, y con el paso del tiempo experimentar de maneras poco ortodoxas con las posibilidades ante el instrumento de las teclas y las octavas.

Su estilo ante el piano es íntimo y contemplativo, sus composiciones son una perfecta mezcla de emoción y silencios colocados con maestría, logrando un sonido que se desplaza dentro de un delgado umbral entre el ambient, elementos electrónicos y lo más clásico del piano.

La pasión que demuestra en cada pieza logra crear experiencias auditivas que van desde el estilo más puro y sensible hasta la experimentación con los sonidos, a través de texturas logradas con sintetizadores, teclados Rhodes, efectos e incluso otras herramientas, como cepillos con los que reinventa la forma de interpretar el piano.

Resulta sencillo quedar realmente sumergido en la contemplación al escuchar cualquier tema de su álbum Screws, dedicado enteramente al piano clásico, disfrutar de la magia ambiental del disco Felt o maravillarse con el innovador y cautivante estilo de su más reciente producción Spaces, donde Frahm ha dado rienda suelta al desarrollo de un sonido enteramente propio, que por momentos resulta muy sencillo y en otras ocasiones es sumamente virtuoso y deslumbrante.

Como con cualquier artista, lo más importante es poder apreciar y observar la manera en que el músico se desenvuelve en persona ante su instrumento.Cada expresión enaltece la pasión con la que el alemán produce una a una sus notas, así como el minucioso cuidado puesto en cada detalle de su música.

Cerrar los ojos y dejarse llevar por el sonido de Nils Frahm es muy sencillo. Poco a poco uno entrega sus sentidos a las suaves melodías y termina suspendido en un cautivador limbo, que bien se asemeja a la banda sonora de una película o que evoca a la naturaleza que aguarda dormida en el interior de uno mismo en forma de música.

Como siempre, para muestra basta un botón. Que lo disfruten.

Álbumes recomendados (dar click en la imagen para ir al disco):