Conferencia/panel
“La historia del rock en México”
Blueorange Café
Guadalajara, Mx.

El rock como punto de partida para la diversidad cultural, la falta de registros en el rock tapatío y la forma en que el mismo concepto de rock puede ser tan ambiguo y a la vez tan amplio fueron sólo algunos de los temas que se expusieron este pasado martes 8 de marzo en la conferencia/panel “La historia del rock en México (Impacto sociocultural del rock en México y Guadalajara)”. Fue impartida por los músicos Carlos Áviles y Andres “Boy” Haro, los periodistas Rogelio Villareal y Enrique Blanc, el promotor Rogelio Flores y moderada por el gestor cultural Charro Orozco.

La cita a este evento fue a las 20:30 en el café Blueorange, ubicado en Francisco Javier Gambio núm. 245. Este encuentro fue motivado por la Sociedad de Alumnos de Gestión Cultural del ITESO y sirvió como un foro abierto para que tanto ponentes como escuchas dieran a conocer sus opiniones sobre diversos temas que giran al rededor de la existencia de este género musical en el país, y  concretamente, en la ciudad.

La diversidad de posturas marcó la pauta para que a partir de las experiencias personales de cada uno de los participantes se esbozara una perspectiva general sobre cómo el género se introdujo en la vida de tantas personas desde finales de los cincuenta y principios de los sesenta. Una de las grandes incógnitas puestas sobre la mesa fue acerca de si realmente existe un rock mexicano o si solamente es una reproducción de los países anglosajones. También se narró cómo a partir de diferentes situaciones de censura por parte del gobierno mexicano la producción y comercialización del género estuvo silenciada más quince años y cómo esto influyó en agrupaciones como La Cuca —banda a la cual pertenece el ponente Carlos Áviles— y Santa Sabina para que expusieran en su momento su propia versión del rock tal y como ellos la percibían, pues, según contaron, no existía un registro verdaderamente accesible al rock producido en Guadalajara quince o veinte años antes.

Para finalizar, y con la tradicional sesión de micrófono abierto, se trató de dar respuesta a ciertas incógnitas que el público mantuvo durante la sesión de aproximadamente hora y media, lo cual sirvió, entre otras cosas, para dar una suerte de conclusión que incluyó, por parte de algunos de los invitados, una visión positiva del futuro de este género (o estilo) musical en relación con las nuevas tecnologías y formas de producción y difusión.