Érase una vez la historia de una herida
“Érase una vez la historia de una herida”
Fotografía por Ignacio Petersen Érase una vez la historia de una herida, obra de raíces potosinas y ganadora de la Muestra Estatal de Teatro en San Luis Potosí visitó Guadalajara en días pasados presentando sus dos últimas funciones del año en tierras tapatías. La cita ocurrió el pasado 14 y 15 de diciembre en el Teatro Estudio Tres23. La puesta en escena sucede sobre una banca de madera, la cual funciona como un elemento que se va transformando a lo largo de toda la obra, construyendo imágenes, situaciones y lugares, donde cinco personajes exponen su abandono personal y lo reconstruyen. El montaje abre un puente entre el público y los intérpretes a través de la empatía y actuaciones convincentes, en donde no se sabe hasta que punto la improvisación se hace presente al momento de que están ejecutando. Los personajes llevan su drama al hecho-acción en esta búsqueda por sanar aquellas heridas que les han dejado huella. Esta obra es poseedora de imágenes metafóricas contundentes; durante todo su desarrollo invita al espectador a tocar sus heridas y reflexionar acerca de ellas través de las historias que suceden en el escenario. Érase una vez la historia de una herida de principio a fin tiene la facultad de tomar las emociones del público entre sus manos llevándolo a través de un viaje que profundiza en la biografía de cada uno de los individuos que se encuentran en el escenario. Temas tan universales como la soledad, el amor o el desamor son reubicados en un contexto social y un tiempo actual, siendo estas historias el medio para ahondar de manera transversal en problemáticas sociales que aquejan una ciudad e incluso un país, en este caso se tocan heridas sociales de México como el machismo, la homosexualidad y la violencia. El hilo conductor de la puesta en escena se basa en acciones, metáforas y estados de ánimo cambiantes, pasando del llanto a la risa y transformando el espacio escénico con visuales y un montaje vertical sobre la pared que complementa el discurso de la historia. Este primer proyecto producido por el Centro de Investigación Escénica (CIE), dirigido por Marco Vieyra y auspiciado por el Instituto Potosino de Bellas Artes es el resultado de un taller en el que participaron al rededor de 50 personas el cual inició con el objetivo de probar plataformas de trabajo basadas en el biodrama, el teatro posdramático y el uso de un lenguaje perfórmatico. Las heridas personales, sociales e históricas fueron el punto de partida que Marco Vieyra tomó para desarrollar este proyecto, así nació: Érase una vez la historia de una herida.
Créditos Interpretes Rafael Becerra, José Gaitán, Ricardo Moreno, Daniela Saldierna, Nydia Verástegui. Mapping por Alejandro Medina e Ibhan Taxhas |