“Despertares” de Beatricia Braque
Por Beatricia Braque
Me levanté de la cama. Caminé hacia el baño para lavarme los dientes y desperté. Seguía recostada en mi cama, así que me levanté y caminé hacia el baño para lavarme los dientes. Después de eso busqué el cepillo para peinarme. Seguía recostada en mi cama, así que me levanté del sueño por tercera vez, caminé hacia el baño y me lavé los dientes. Después de eso busqué el cepillo para peinarme, estaba justo bajando las escaleras cuando desperté nuevamente. Estaba en mi cama, caminé hacia el baño para lavarme los dientes, me peiné, bajé las escaleras y me serví cereal. Empecé a preocuparme, pues no sabía si se trataba del mismo sueño, así que intenté hacer algo inusual. Brinqué y no terminaba de caer, me quedé flotando a diez centímetros del suelo. Se me estaba haciendo tarde para llegar a la escuela. Me forcé a despertar. Estaba acostada en mi cama, me levanté para lavarme los dientes, fui al baño, bajé las escaleras, me serví cereal, guardé todo y justo cuando intenté abrir la puerta desperté en mi cama. Faltaban siete minutos para mi clase, así que fui al baño, me lavé los dientes, me peiné, bajé las escaleras, desayuné cereal, guardé las cosas, abrí la puerta de mi casa y caminé hasta la escuela. Llegué justo a tiempo, tenía miedo de no estar despierta. Todo se veía normal en el salón. Tuve la clase, caminé por el pasillo. No sabía si me encontraba despierta o soñando. Me pellizqué, no sucedió nada. Alguien me notó rara, entonces le conté sobre mi sueño y empezó a reírse. Pasaron dos minutos y seguía riéndose, cada vez de manera más escandalosa y forzada. Esto no puede estar pasando realmente, nadie se ríe así en los pasillos. Después de eso todo mundo empezó a reírse y a señalarme. Debo estar soñando, debe ser ya tarde para llegar a clase. ¿Por qué esta vez no puedo despertar?
Ilustración: Cristina Vázquez |