#3de3: De Haro a Kumamoto // Transparencia en el distrito 10

Sólo 2 de los 11 candidatos a la diputación del distrito 10 de Jalisco han presentado su declaración con base en la iniciativa #3de3: Laura Haro, quien se postula desde el Partido Revolucionario Institucional y Pedro Kumamoto quien es el primer candidato independiente –sin partido– del distrito.

La iniciativa #3de3 es una propuesta abierta de Transparencia Mexicana que invita a los candidatos a gubernaturas,  alcaldías y diputaciones a hacer tres declaraciones públicas: los detalles sobre su patrimonio –bienes inmuebles, vehículos y cuentas bancarias–, sobre sus intereses –acciones, créditos, actividades empresariales, puestos públicos–, y su declaración de impuestos. Todos los detalles y declaraciones sobre los candidatos que han presentado su #3de3 se pueden consultar en candidatotransparente.mx, por estado y puesto al que aspiran.

Sin embargo –y sin restar méritos a esta práctica–, esta iniciativa necesita más que una plataforma de exposición: necesita plataformas de lectura.

Hablemos, por ejemplo, de los contrastes entre las declaraciones de Laura Haro y Pedro Kumamoto.

Por un lado, la candidata del Partido Revolucionario Institucional declara haber recibido, por concepto de trabajo como Regidora de Zapopan, un salario anual de $1,497,915 pesos, es decir, poco más de $124,000 pesos mensuales durante el año 2014. Dicho de otro modo, Laura Haro ganó, durante el año 2014, el equivalente a 60 salarios mínimos diarios. Declara además, sólo contar con un vehículo propio, con valor de $189,500 pesos, comprado a crédito y una cuenta bancaria con $101,984 pesos.

 

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Y aquí es donde se debe de profundizar de otro modo: suponiendo que la candidata se hubiera dado a la tarea de pagar su vehículo y ahorrar mensualmente, durante un año, hasta completar el valor de sus bienes, tendría que haber separado poco más de $24,000 pesos mensuales para ello, dejando así, casi $100,000 pesos para mantener un estilo de vida que, en tanto no sea público, damos por desconocido. Y lo que vale la pena cuestionar no es si vive en opulencia, sencillez o en caridad anónima; lo que vale cuestionar es, 1) si los candidatos que han vivido ya del erario –de nuestros impuestos– son conscientes de lo ridícula que es su remuneración, en comparación con el salario mínimo del país y, si lo son, ¿qué acciones han tomado al respecto?, 2) si una persona acostumbrada a esos ingresos mensuales, es capaz de conectar con las personas del distrito al que aspira, con muy claras diferencias socioeconómicas, en función de construir una democracia más participativa, y 3) si la declaración patrimonial que hace la candidata corresponde a la de una persona que no invierte, pero gasta al día –con un sueldo, sobra decir, mayúsculo–, o a la de una persona que deja claridades importantes fuera de su declaración. De unos u otros modos, estos cuestionamientos no se hacen con el afán de juzgar, sino de construir un diálogo con quienes creen poder ejercer como nuestros representantes.

Por otro lado, Pedro Kumamoto, candidato independiente, declara lo siguiente: no haber recibido ningún tipo de salario durante el año 2014 por dos razones: 1) trabajar mayoritariamente como voluntario de diversas organizaciones estudiantiles y políticas, y 2) haberse mantenido durante el año 2014 en calidad de estudiante de licenciatura, con el apoyo de su familia. También informa tener en su patrimonio un vehículo, donado a él por su familia, con valor de $140,000 pesos, una obra de arte, con valor de $30,000 pesos, y una cuenta bancaria con $8,700 pesos: un total de $178,700 pesos en bienes. Además, declara un adeudo de $224,006 pesos, por concepto de crédito educativo, a cuenta del ITESO. Pedro ha propuesto, de ganar, utilizar el 70% de su salario en proyectos que fomenten una nueva cultura política y de participación ciudadana: esto significa pasar de $110,809 pesos mensuales, a $33,243 pesos, es decir, el equivalente a 15 salarios mínimos al día. Si él decidiera liquidar su deuda estudiantil en un año y se mantuviera firme en su reducción de salario, contaría con un ingreso mensual de aproximadamente $12,000 pesos durante el 2015, casi el equivalente a 6 salarios mínimos. Para aquellas personas aclimatadas a ingresos fijos más altos que ello, esto parecerá insuficiente, pero si la política en México se supone construir desde la representación, y se busca construir desde la participación, este salario significa, entre otras cosas, cercanía.

 

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Sin embargo, hay que señalar también algunas debilidades de las candidaturas independientes, como la de Pedro, dada su naturaleza de novedad y ejercicio piloto, entre ellas –la más clara, para mí–, la difícil, casi nula, capacidad de cabildeo al momento de ejercer como diputado (esto por la falta de partido que deriva en la obvia falta de apoyo institucional dentro del ejercicio público). Dicho de otro modo, la problemática sería pasar de las propuestas a la acción, sin generar alianzas con los diputados partidistas del congreso y luchando contra los círculos de intereses que se han perpetuado por años. En todo hay claroscuros.

Y hasta ahora, sólo 2 candidatos han respondido a esta iniciativa. Esperemos que a este ejercicio se sumen los otros 9 candidatos que buscan la diputación del distrito 10 –distrito en que vivo y por eso menciono–, para poder seguir cuestionando, conociendo y comparando a quienes buscan representarnos. De lo contrario se pierde la oportunidad de hacer prácticas políticas más sanas y transparentes, así como se pierde esta oportunidad si estas declaraciones se quedan, solamente, llenando espacio en un portal, sin ser leídas, cuestionadas y, por supuesto, debatidas.