El hombre con el hacha y otras situaciones breves // Liliana Porter

El hombre con el hacha y otras situaciones breves
En Museo MAZ
Zapopan, Jal.
México
En exhibición del 28 de noviembre al 1 de marzo del 2015

 

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Imágenes cortesía de Eduardo Villanueva // Fotografía análoga

 

Liliana Porter, la autora de “El hombre hacha y otras situaciones breves“, es una artista contemporánea nacida en Buenos Aires, Argentina (1941). Ha recibido diversos premios de parte del Guggenheim Fellowship, New York Foundation for the arts fellowship y Konex, entre otros. Es una persona muy accesible, con un carácter alegre y un compromiso indudable hacia sus obras.

Aprovechando su visita con motivo de la exposición que está presentando en el MAZ (Museo de Arte de Zapopan), Amapola Cultura le realizó una entrevista sumergiéndose a través de la visión de esta artista contemporánea; a esto ella nos comparte las siguientes líneas acerca de su obra expuesta:

Yo pienso que el hombre con el hacha es una metáfora del pasaje del tiempo ¿no? que va destruyendo todo pero al mismo tiempo queda en la memoria, como todo.

El tiempo pasa, pero se queda en una memoria, en los libros, en una foto; pero en este caso vemos que todas las cosas están ahí a la vista al mismo tiempo. Uno no sabe si está rompiendo de acá para allá o de allá para acá. Bueno y después empiezas a mirar y aparecen otras cosas como los barcos porque son elementos que usé antes en fotos, en cuadros o en grabados, y uno los va reconociendo. Me gusta eso de que reaparezcan. Es medio trágico pero no es feo, a mí me gusta mezclar el humor con lo trágico, lo lindo con lo siniestro, la desgracia, la memoria con la realidad.”

-Con respecto a la comercialización del arte, Liliana tiene una opinión interesante:

La instalación está a la venta, vamos que lo compra un museo, si lo guardan es imposible que lo reconstruya igual. Me imagino que mientras uno está vivo lo hace y se vuelven a diseñar las tarimas de acuerdo al espacio, podría estar esto con un poco de vidrio. Hice uno para un coleccionista y le puse una cosa de vidrio, para no tenerlo que limpiar, y pegué todas las cosas para que le pueda pasar el plumero y no le pase nada. Estos no están pegados, no es imposible…. hoy en día existe.

Los precios no tienen nada que ver con el valor estético. Yo odio esa parte, es un problema paralelo al arte, creo que uno como artista se emociona de que alguien te compre una obra y que suban de precio. Te da libertad para hacer un video, viajar o lo que sea. Cuando era chica siempre pensé que era importante hacer dinero no del arte, sino de otra cosa para ser libre. Porque si se ponen de moda los cuadros rojos, tú dices mejor pinto rojo. Te sugestionas, puedes llegar a irte por mal camino. En mi caso daba clases, imprimía para otros artistas. En los 60s -la época del arte conceptual- la idea era tratar de hacer objetos que no fueran vendibles, con toda una idea política detrás.

Yo compito conmigo misma.  Uno que logró hacer las cosas bien es González Torres, una de sus obras era unas pilas en offset y unas cosas de caramelo que la gente se podía llevar. Que si alguien quería comprar eso: tendría que imprimir los papeles, dejar que se los lleven, poner las paletas, dejar que se las lleven, durante toda su vida. Entonces es genial porque es un tipo muy famoso. Hay artistas que no saludan, que no se dan cuenta que todo es una cosa rarísima.”

Pagina oficial del MAZ:  www.mazmuseo.com